La sociedad del cansancio dentro de nosotros.

Criados en una sociedad donde gobierna el capitalismo todo frente a nosotros consta de un valor definido, casi todo se vende o se compra, los recursos naturales son cuantificarlos e incluso la protección del medio ambiente se a visto como una manera de mantener la producción por más tiempo más que un acto altruista como pago por el daño hecho, en este panorama nos encontramos nosotros, que aunque no lleguemos al punto de vender nuestro cuerpo a pedazos hacemos algo parecido, vendemos nuestra mano de obra, nuestras ideas, nuestros proyectos e incluso nuestros sueños en determinados casos, aprendemos a sacrificarnos continuamente en pos de alcanzar metas que muchas veces son inexistentes o no tienen el valor que creíamos tendría, perdemos gran parte de nuestra vida siendo jugador  de esto y al final cuando llegamos a cierta edad todos y cada uno dejamos de importar porque como entes productivos somos inútiles, terminamos marginados y cómo ciudadanos de segunda, todo esto por una cultura donde la mentalidad del valor se le da a la eficiencia en la producción más que en la calidad de otras cosas importantes. Vivimos y terminamos como seres cansados, desde la escuela, a la universidad nos cargamos y sacrificamos por alcanzar competencias necesarias para un trabajo donde nos tendremos que sacrificar a un más vendiendo el tiempo cotizado por la demanda de los conocimientos adquiridos, y al final frente al ocaso estamos agotados e inválidos, el sacrificio que hemos hecho no fue en pos de un futuro feliz alcanzable ni en pos de una humanidad más desarrollada o justa, todo el sacrificio de la gran rueda social que como esclavos de ingenio movemos azotados por nuestras convicciones morales o un estricto súper yo freudiniano termina en una máquina sin cabeza definida que demanda más esfuerzo por cada vuelta de la rueda